Después de un buen montón de años, en 2023 decidí hacer un viaje relámpago a la ciudad de Murcia. Mis recuerdos de aquella primera visita eran tan vagos que casi se desvanecían como un espejismo. ¡Pero, oh sorpresa! Aunque el tiempo fue escaso, pasear por su centro histórico fue como explorar un cofre del tesoro lleno de impresionantes edificios históricos que me dejaron boquiabierto. ¡Y así, comenzamos nuestra aventura en uno de los rincones más vibrantes de la ciudad! Bienvenidos a la bulliciosa Plaza del Cardenal Belluga (cardenal en Roma y gran benefactor de la ciudad), un auténtico corazón palpitante de la vida murciana. Este lugar no solo es un punto de encuentro, sino también el escenario perfecto para las celebraciones más memorables. Aquí, nos rodean tres impresionantes edificios, así que... ¡prepárense para descubrir los secretos y las sorpresas que nos aguardan en este festín visual y cultural!
La reina indiscutible en la Plaza es, sin duda, la impresionante CATEDRAL DE SANTA MARÍA, cuya fachada principal, diseñada por el talentoso Jaime Bort, es una joya del barroco internacional de excepcional belleza, y única en su género. Los temas principales de esta obra maestra son la Exaltación de la Virgen María, a quien está dedicada, y la Glorificación de la Iglesia.
Y, ¿sabías que su torre-campanario se eleva a la asombrosa altura de 90 metros (95 si
le sumamos la coqueta veleta)? Esto la convierte en la segunda más alta de
España, solo superada por la Giralda de Sevilla. Es el punto más alto de la
ciudad y tiene cinco cuerpos que van decreciendo en anchura, como si estuviera
intentando alcanzar las nubes.
Al adentrarnos en su interior, te recibirán
las tres naves góticas que cuentan la historia eclesiástica de la Diócesis a
través de sus capillas, donde descansan obispos y nobles que ayudaron a
levantar este magnífico templo. No te puedes perder la Capilla de los Vélez, con su cúpula estrellada de diez puntas, ¡una
verdadera obra maestra del gótico flamígero! También está la Capilla de Junterones, un impresionante
exponente del Renacimiento español. También destacan la sillería plateresca del
coro, el trascoro o la portada de la antesacristía y el gran órgano Merklin,
que con sus casi 4.000 tubos y cuatro teclados es uno de los más relevantes a
nivel internacional.
Y hablando de curiosidades, se dice que Alfonso X deseaba ser
enterrado junto a sus padres en Sevilla o en la Catedral de Murcia, el primer
reino que conquistó a los musulmanes. Al final, acabó descansando cerca de Fernando III y Beatriz de Suabia, pero se
dice que su corazón está en Murcia, ¡una historia digna de una novela!
Por último, no olvides visitar el Museo situado en el antiguo claustro de
la Catedral. Allí encontrarás pinturas del Trecento italiano, obras de Luca Giordano y las
esculturas del célebre Francisco Salzillo. ¡Prepárate
para un festín de arte e historia!
¡Justo al lado de la catedral se alza un
tesoro del patrimonio monumental que te hará sentir como si hubieras viajado a
Italia! Hablamos del PALACIO EPISCOPAL, una joya edificada en el siglo XVIII que rinde
homenaje a los espléndidos palacios renacentistas italianos. Este magnífico
edificio fue declarado Bien de Interés Cultural en 1992, ¡y no es para menos!
Del interior son de gran interés: el patio, organizado en tres arcadas en orden dórico y un cuerpo superior más compacto.
La escalera imperial, y una pequeña capilla de planta circular y estilo rococó, que está abierta 24 horas.
Y no podemos olvidar el famoso Martillo del Palacio (el mirador del obispo); es un espigón saliente construido antes de que se iniciara la construcción del cuerpo principal con el fin de tener un mirador privilegiado sobre el Río Segura y el Paseo del Arenal o Glorieta. Este espacio también tiene una sala de exposiciones anexa, llamada “El Martillo”.
A la plaza Belluga, se asoman también los elegantes
edificios que la burguesía local levantó para disfrutar de esta ubicación
privilegiada. El derribo del palacete llamado del Doctoral La Riva en uno de
sus frentes, hizo perder el sentido de contención y clausura que caracterizaba
ese recinto. Con la construcción de un nuevo edificio, ampliación del Ayuntamiento, proyectado por el
prestigioso arquitecto Rafael Moneo, se
pretende cerrar sus límites y recuperar el espíritu celebratorio del Barroco.
Continuamos nuestro camino dejando que
nuestros ojos se deleiten con las impresionantes fachadas de los edificios del
casco histórico, como si estuviéramos en un recorrido por un museo al aire
libre.
Nos adentramos en la emblemática calle Trapería, una de las arterias comerciales más famosas de Murcia, donde el bullicio y el encanto se entrelazan. Y aquí está nuestro destino estelar: el REAL CASINO (enlace a nuestra publicación). Al acercarnos, su espléndida fachada nos recibe como un viejo amigo.
Pero no dejes
que su apariencia elegante te engañe; una vez que cruzamos las puertas, nos
encontramos en un mundo donde el arte y la arquitectura se desbordan con un
gusto exquisito. ¡Prepárate para dejarte llevar por la magia de este lugar!
Tras disfrutar de esta impresionante maravilla, seguimos el paseo por Trapería hasta detenernos, ya casi llegados a la Plaza de Santo Domingo, en el PALACIO ALMODOVAR, obra manierista del siglo XVII, en la que sobresale su fachada adornada con el motivo heráldico de los "salvajes" o "tenantes", un elemento barroco que se heredó del mito renacentista del buen salvaje. Fue reformado a principios del siglo XX y utilizado como sede del Gobierno Civil hasta 1950.
Los condes de Almodóvar eran miembros de la
Cofradía del Rosario, cuya capilla se encuentra al otro lado de la calle
actualmente denominada arco de Santo Domingo, por lo que en el siglo XVIII
mandaron construir un arco sobre la misma que sirviera de comunicación entre su
palacio y la Capilla del Rosario, anexa al Convento de Santo Domingo, evitando
así la necesidad de salir a la calle para acudir a los oficios religiosos. El
conocido como Arco de Santo Domingo fue edificado por el arquitecto Toribio
Martínez de la Vega.
Ya en la misma Plaza, alzamos la vista para
ver la magestuosa IGLESIA DE SANTO DOMINGO, una importante joya del barroco
construida entre
1722 y 1745. Este importante monumento es lo que queda de un antiguo conjunto
monástico de la Orden Dominica y tiene la particularidad de contar con dos
fachadas. La principal, que mira hacia la plaza Romea, de cuyos tres pisos
previstos sólo se llegaron a construir dos, y la que mira hacia esta plaza de
Santo Domingo, toda de ladrillo salvo el cuerpo inferior de piedra, que cumple
una función representativa y urbanística, careciendo en consecuencia de
puertas. En la parte superior de la misma aparece la figura del dominico San Vicente
Ferrer
en actitud de predicar desde un falso balcón, conmemorando las predicaciones
que el santo valenciano realizó en esta plaza en 1411. Las ventanas que posee
esta fachada monumental se utilizaron como miradores sobre la antigua plaza del
Mercado, siendo utilizados por la comunidad dominica para contemplar los
numerosos actos que tenían lugar en ella. Un auténtico balcón al pasado lleno
de historias, fe y vida.
En la plaza, además de disfrutar del vibrante ambiente, nos encontramos con el impresionante MONUMENTO A LOS DERECHOS HUMANOS, que se alza con orgullo, invitándonos a reflexionar sobre la justicia y la igualdad.
A un paso de allí, la ESCUELA PÚBLICA CIERVA PEÑAFIEL nos
narra una historia fascinante. Retrocedamos al año 1903, cuando los ministros Antonio
García Alix y Juan de la Cierva Peñafiel, en un
inesperado encuentro de mentes brillantes, se unieron a Andrés Baquero para dar
vida a las primeras Escuelas Graduadas Públicas en Murcia, cuya inauguración se
celebró el 16 de septiembre de 1917. Todas ellas fueron obra del talentoso arquitecto
murciano Pedro Cerdán, también
autor de la fachada del mencionado Casino, que empleó un estilo en el que
destaca la combinación del ladrillo visto y sillería caliza blanca, así como
las anchas cornisas.
Asoma a la Avenida Alfonso X el Sabio el MUSEO DE SANTA CLARA. El edificio que alberga el museo no es
cualquier cosa: ha sido testigo de siglos de historia, desde su época como palacio
de emires musulmanes en los siglos XII y XIII (Ibn Hud); hasta su transformación como alcázar
de monarcas castellanos; o real monasterio de las religiosas clarisas desde
1365 hasta nuestros días. Pero eso no es todo, porque en su interior se esconde
una de las albercas árabes más antiguas de España datada en el siglo XIII, un
oasis de paz y tranquilidad en medio de la ciudad.
No muy lejos de allí, se erige con
majestuosidad el TEATRO ROMEA,
considerado uno de los más bellos de España. Este espléndido edificio no solo
es un deleite para los ojos, sino que también es un auténtico hervidero de
cultura y arte.
Foto de la página: https://www.turismodemurcia.es/es/teatro-romea |
El paseo nos llevó hasta el edificio de la ANTIGUA PRISIÓN PROVINCIAL DE MURCIA,
un lugar que, a pesar de su pasado, ha encontrado una nueva vida. Este
edificio, catalogado como Elemento Singular, destaca por su curiosa disposición
arquitectónica en planta de cruz, que crea un laberinto de estancias y
encantadores patios ajardinados. Construido a principios del siglo XX, fue
inaugurado en junio de 1929, pero cerró sus puertas en 1981. Sin embargo, en un
giro sorprendente, ha sido transformado en el Centro de Cultura
Contemporánea Cárcel Vieja. Ahora, en lugar de ecos de barrotes, resuenan
risas y creatividad.
Transitamos también la animada Calle
Platería, sumergiéndonos en el pulso vibrante de la vida comercial de Murcia.
Y pasamos junto al PALACIO DE
FONTES, buen ejemplo de la tipología arquitectónica de edificio privado
del siglo XVIII. Lo mandó construir sobre gran parte del solar que ocupaba su
anterior residencia, Don Baltasar de Fontes y Melgarejo. Constituye un ejemplo
claro de palacio barroco murciano, a base de elementos constructivos pobres,
como ladrillo, cubierto por reboco de yeso, y piedra para la puerta de acceso.
El paseo nos lleva ahora a la Glorieta de
Murcia, denominada Glorieta de España, uno de los espacios urbanos más
destacados y transitados de Murcia. En ella se encuentra, además de la Casa
Consistorial, la fachada posterior del palacio Episcopal y una estatua del
Cardenal Belluga presidiendo el entorno de frente a la Glorieta, antiguamente
denominado Paseo del Arenal.
La imagen de la Plaza de la Glorieta, con el
edificio de la Casa Consistorial al fondo, es una de las estampas más icónicas
de la capital, que nosotros también quisimos plasmar. La CASA CONSISTORIAL de Murcia es la obra arquitectónica más
importante del arquitecto Juan José Belmonte (1809-1875). Destaca una portada
de cuatro grandes columnas corintias soportando un frontón que dota de mayor
importancia al balcón principal. Encima del balcón hay un gran escudo de la
ciudad escoltado por las estatuas de dos musas, que representan respectivamente
la abundancia y la felicidad. En el centro del frontón se encuentra el reloj de
la ciudad, con un carrillón que al dar las horas y las medias interpretan
melodías típicas de Murcia, como el himno, el canto a Murcia de la zarzuela La
Parranda y el himno de la Fuensanta. Durante la dominación musulmana, aquí se levantaba el Daraxarife o
palacio del Príncipe, perteneciente al Alcázar Mayor de la
ciudad. Después de la conquista de Murcia, Alfonso X el Sabio donó este palacio al concejo en 1267,
lugar donde jueces o magistrados municipales ejercieron su cometido
desde entonces.
Desde aquí nos asomamos al Río Segura para
contemplar otro de los símbolos de la ciudad. Es el PUENTE VIEJO, construido
en el siglo XVIII, es el puente más antiguo y une el Barrio del Carmen con el
centro histórico. También es conocido como Puente de los Peligros. ¿Y por qué?
¡Porque en su hornacina se encuentra la Virgen de los Peligros, que despierta
una profunda devoción en los murcianos!
A pocos pasos del Puente, emergiendo de las aguas del río, vemos el MONUMENTO-FUENTE AL ENTIERRO DE LA SARDINA, recordándonos una de las tradiciones más festivas de Murcia; y en la orilla opuesta, el edificio de los MOLINOS DEL RÍO Y CABALLERIZAS. En 1785 se levantó el nuevo edificio de molinos. En esta ocasión, a diferencia del anterior, el edificio y las ruedas se instalaron de forma longitudinal para no dificultar el paso de las aguas. Para la entrada del agua se construyó un canal y un azud que derivaba la corriente al edificio nuevo, que contaba con un total de 21 ruedas, ampliadas en el año 1808 a 24 ruedas, de ahí el nombre que recibió posteriormente como Molino de las 24 piedras. Las Caballerizas, edificio anexo al conjunto, fue destinada a ser las cuadras de los molinos y del Parador del Rey y su construcción es anterior a la de los “Molinos Nuevos”, el actual museo hidráulico.
¡Y aquí estamos, en este rincón encantador
junto al río, despidiéndonos de la maravillosa Ciudad de Murcia!. Pero antes de
cerrar este capítulo, recordaros disfruta de la su rica gastronomía tapeando en
la Plaza de las Flores, Plaza Santa Catalina o en la zona de restaurantes de la
Plaza de San Juan. También, puede visitar y degustar dicha gastronomía en el
Mercado Gastronómico de Correos. Una de las más famosas es "la
marinera": imagina una rosquilla de pan alargada, cubierta con un generoso
pegote de ensaladilla rusa, ¡y coronada con una sabrosa anchoa! Y si queréis
algo aún más espectacular, probad “el matrimonio”, donde el boquerón se suma a
la fiesta.
¡Espero regresar algún día a esta increíble ciudad y saborearla con más tiempo y dedicación, que bien lo merece! ¡Hasta la próxima, Murcia!
TODA LA INFORMACIÓN INCLUIDA EN ESTA
PUBLICACIÓN HA SIDO RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES:
https://arquitecturaviva.com/obras/ampliacion-del-ayuntamiento-murcia
https://es.wikipedia.org/wiki/Casa_consistorial_de_Murcia
https://www.turismoregiondemurcia.es/es/ruta/ruta-turistica-murcia-ciudad--2161/
https://www.guiarepsol.com/es/viajar/vamos-de-excursion/paseo-centro-murcia-catedral-casino/
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